jueves, 8 de marzo de 2007

Vienen por nosotros

Aquí Opinan
Miércoles 07 de Marzo de 2007 | Tal Cual/16
TalCual

Aquí Opinan
LIBREMENTE


La oprobiosa condena a Laureano Márquez y al diario TalCual es una de
las últimas vergüenzas del régimen. No hubo nada de insultante en la
carta que escribió Laureano, al contrario, me asombró el estómago que
tiene, porque hay que tener buen estómago para escribir hoy sin que de
la pluma salga ni un sólo sapito ni mucho menos una culebrita.
Seguramente sin ninguna originalidad, brindo mi solidaridad pública a
quienes, como TalCual, nos recuerdan sin cesar nuestra condición de
ciudadanos libres a pesar de la terrible impresión que nos deja el día
a día.

No quisiera dejar pasar la oportunidad para recordar otro suceso que,
respetando las distancias, se le parece mucho: el caso de las
caricaturas danesas. El año pasado, un periódico danés publicó unas
caricaturas en donde mostraban al profeta Mahoma, con una bomba en su
turbante, en otra Mahoma decía algo así como "no se exploten más que
no hay más vírgenes" ; en fin, se trataba de humor como el que se hace
sobre cualquier tema en los países democráticos. Los islamistas
radicales pusieron parte del mundo en fuego y sangre exigiendo excusas
públicas del periódico y la prohibición (por encima de la ley de cada
país) de publicar caricaturas como ésas. En Francia, algunos medios de
comunicación, en un acto de solidaridad, decidieron publicar las
mismas caricaturas y más. El semanario Charlie Hebdo fue uno de esos,
y publicó no solamente las caricaturas danesas, sino que agregó en su
portada un dibujo muy simpático de Mahoma diciendo "qué duro es ser
adorados por estúpidos". La respuesta de los radicales (que también
los hay en Francia) no se hizo esperar y demandaron a Charlie Hebdo,
en un proceso que puede considerarse histórico y en el que los
franceses se están jugando nada menos que una parte del primero de sus
tres grandes principios: libertad, igualdad y fraternidad.

En Francia parece estar claro que la libertad de expresión es, y valga
la redundancia, una de las más importantes expresiones de la libertad
de un país y espero que quede bien sentado el precedente con un No
rotundo a cualquier forma, por enrevesada y rebuscada que ésta sea, de
cercenar la libertad de expresión.

Lamentablemente del otro lado del charco, ya hace tiempo que se
comenzaron a hacer concesiones en cuanto a una de nuestras más
importantes libertades.

Comenzaron con aquella cosa de "regular" que terminó siendo la ley
mordaza, luego se dedicaron a poner multas absurdas a los canales de
televisión que no se plegaron al régimen; en el camino metieron preso
a cuando periodista se les puso a tiro; en los casos en los que no
pudieron encarcelar a los periodistas que estorban (porque el régimen
se quedó corto en el ancho margen de acción de su Constitución a la
medida) entonces los acusaron, los llevaron a juicio o los demandaron;
más tarde decidieron anunciar la no renovación a la concesión de RCTV
que se ha vuelto un punto de honor del gobierno; hoy multan a TalCual.
¿Hasta cuándo aguantamos pues? Por ahí se me viene el cuento aquel (si
la memoria no me falla, es de Brecht) en el que el autor cuenta cómo
se quedó muy tranquilo cuando venían por los otros porque la cosa no
lo tocaba, hasta que un día vinieron por él. No esperemos a que vengan
por nosotros.

Carmela Garipoli

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