domingo, 27 de mayo de 2007

Se destapa la dictadura en Venezuela

ABC (España)

Editorial

http://www.abc.es/20070527/opinion-editorial/destapa-dictadura-venezuela_200705270252.html

CON el cierre de la emisora Radio Caracas Televisión, se consuma en Venezuela uno de los pasos más graves que podía dar el régimen chavista para transformarse en una dictadura que, de forma progresiva e imparable, se apropia de todas las instituciones, crea un partido único, centraliza la economía, poniéndola principalmente en manos del Ejercito y, finalmente, empieza a eliminar las voces críticas y confisca burdamente los medios técnicos que son propiedad de la emisora clausurada para ponerlos al servicio de la propaganda oficial. Es evidente que lo que está construyendo Hugo Chávez en Venezuela difícilmente se puede llamar democracia.
Los periodistas y medios de comunicación venezolanos harían bien en tener en cuenta la lección que se desprende de lo que ha sucedido con Radio Caracas Televisión. Algunos que todavía guarden cierta simpatía con el régimen pensarán que están a salvo mientras mantengan su actitud de sumisión hacia el presidente, pero cerrar una emisora es como cerrar todas, porque si al poder personal de Chávez se le permite hacerlo una vez, lo hará sin dudar cuantas veces lo considere necesario, como saben muy bien los trabajadores y directivos de la emisora Globovision, compañía que ya ha sido señalada como el próximo objetivo del régimen. A lo largo de la historia abundan los ejemplos de cuán pernicioso puede ser no rebelarse cuando los que sufren los abusos de una tiranía son otros, porque aquéllos que hoy prefieran callar no hacen sino abrir las puertas para ser las víctimas mañana.
Por tratarse de una decisión extremadamente grave, el cierre de la emisora va a tener consecuencias no menos traumáticas en los terrenos político y diplomático. De hacer caso a las bravatas de Hugo Chávez, la crisis puede llegar a desembocar en la salida de Venezuela de la Organización de Estados Americanos (OEA). No solamente no es capaz de soportar la crítica, sino que Chávez está decidido a llevar a su país a una situación de tensión externa, escenario favorito de las dictaduras para no tener que justificar sus propios errores. Al provocar un estado de excepción permanente del que pueda culpar a fuerzas exteriores, Chávez se ahorra tener que dar cuenta de los cientos de miles de millones de euros que han pasado por sus manos en los últimos siete años, y con los que ha hecho y deshecho a su antojo, sin que por ello haya mejorado la situación de los venezolanos, sino todo lo contrario.
Con esta decisión -sobre la que ya no importa lo que les quede por decir a los tribunales, que hace tiempo que fueron corrompidos por el chavismo-, el máximo dirigente venezolano ha dado un paso definitivo y muy probablemente irreversible en su evolución política. El camino por el que está llevando a Venezuela no conduce a ninguna parte, puesto que no hay ya lugar para las dictaduras en el mundo civilizado, por más petrodólares que puedan tener.

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